ENTREVISTA Tras su encerrona en Istres
‘Es la tarde más emotiva que he vivido en mi vida’. Enrique Ponce no olvidará su encerrona en Istres jamás. El maestro de Chiva indultó a un toro de Núñez del Cuvillo, cortó ocho orejas y dos rabos y desgranó sus sensaciones en una extensa entrevista ante los micrófonos del Carrusel Taurino de Juan Ramón Romero.
‘No hay palabras. Las emociones son siempre difíciles de
describir, pero lo de ayer es especial. Fue una tarde inolvidable, llena
de magia de principio a fin. Una maravilla porque aparte de que los
toros embistieron, cuajé los seis. Eso no es fácil y no es normal en una
tarde de seis toros’.
Enrique Ponce explicó que ‘fue una especie
de compendio de mi tauromaquia y de mi creatividad. Y mira que hizo un
vendaval, pero a la izquierda del burladero de matadores había una zona
que podías refugiarte un poco. Fue una tarde en la que pude destapar
todo mi conocimiento, mi ser y mi alma y la disposición que siento hacia
el toreo. En muchos momentos, toreé con la despaciosidad que sueño’.
El cúlmen de la corrida llegó en el tercer y el cuarto toro de la tarde. Ponce cortó un rabo del tercero, un toro de vuelta de Juan Pedro Domecq e indultó al cuarto, ‘Esparraguero’, de Núñez del Cuvillo:
‘Fue un toro muy importante y vino además en un momento perfecto.
Acababa de cortar el rabo a un toro exctraordinario de Juan Pedro y
luego sale este toro, pues imagínate, un éxtasis. Y la gente y los
profesionales que estaban allí lloraban de emoción’.
‘Se vivieron momentos muy bonitos’, explicó el diestro,
‘de lo que es la belleza del toro. O de cómo vivo yo el toreo, a mí me
gusta vivirlo así’. A lo largo de un festejo memorable, además,
‘brotaron varias cosas de esas que uno piensa, que hace en el campo, que
imagina en la soledad y que sueña con hacer en una plaza de toros’.
En la entrevista, Enrique Ponce se refirió también a su decisión de vestir un esmoquin para la lidia de los dos últimos toros de la tarde: ‘Creí que era el momento de hacerlo’, afirma el torero para añadir después: ‘El
cambio de traje es algo que a lo mejor no lo vuelves a hacer en la
vida. Pero hay que entender el contexto de la tarde, lo que estaba
pasando, la música que estaba sonando… Yo lo llevaba preparado de alguna
manera, pero no lo iba a hacer a ciencia cierta; todo dependía de cómo
fuera la tarde. La tarde iba como iba… y por eso lo hice’ .
‘Otra cosa es que hubiera salido con un bañador’,
dijo irónicamente el torero, en referencia a aquellos que le han
criticado el gesto. Ponce sostiene que el espectáculo de Istres, ‘el
esbozo de un espectáculo más grande aún que tengo en mente y que sería
un crisol de artes’, ‘forma parte de la búsqueda de un espectáculo que
vaya más allá, que respete la esencia de la corrida y aspire a la
variedad, a la innovación y a la belleza’.
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