La abnegación es una
inclinación adscrita del alma que se puede comparar con las
virtudes, la fidelidad es una promesa casi divina hacia un ser
supremo y la confianza una creencia cierta en la amistad y el
respeto, cosas que debe reunir un buen mozo de espadas cuando
esta a las ordenes de un matador.
Este oficio mi estimado
lector es una especie de secretario que forma parte del entorno de
un torero pues hemos de recordar que estos tienen su apoderado su
peón de confianza su banderillero su picador su chofer y claro esta
su mozo de espadas teniendo este ultimo el llamado ayuda de
espadas.
Su desempeño existe
desde los inicios de la tauromaquia ya que el torero necesita de
alguien que lo vista, pues han de saber los aficionados que el
matador al vestirse se coloca un leotardo o licra, luego las medias
rosas, después la taleguilla (calzona de luces) la cual va sujeta
a los lados de las rodillas con un par de machos que sirven de
liguero para luego cerrar la taleguilla botón por botón ya puesta
la camisa torera.
Pero esto no se lo puede
hacer el artista solo, necesita de la ayuda de su mozo de espadas
quien en ese momento, llamado por mucho sacro, entona cantes, silba
saetas y hasta recita versos taurinos. Después de colocar el
fajín el mozo de espadas coloca los tirantes y luego el corbatín
para culminar el rito con la colocación del añadido o coleta y la
casaquilla torera.
Al estar principescamente
vestido el torero, este abnegado servidor le da el capote de luces
(paseo) y la montera para partir rumbo a la plaza con la confianza
ciega de que el ayuda de espadas lleva todo en regla hasta las
postales para repartirle a los aficionados en barrera.
El mozo de espadas
funge como un secretario pues el día de corrida debe buscarle al
maestro la prensa, revisar el menú en el restaurante, atender llamadas,
visitas y campear con los admiradores al dirigirse al coche que lo
llevara a la plaza y hasta atender a la prensa cuando se requiere.
Cuando este personaje es
de entera confianza y tiene “buena espalda” (suerte) el
matador lo manda al sorteo de los toros o en su defecto va el
apoderado o banderillero acompañado del ayuda de espadas.
Ya en la plaza se encarga
de recibir el capote de paseo al terminar el paseíllo y colocárselo
a un aficionado en barreras, esta pendiente del vestido de torear de
las medias, del corbatín de los sorbos de agua y del peinado del
artista.
Durante la lidia recorre
el callejón con dos muletas y la espada de matar mientras el
ayudante acarrea el agua la toalla y la espada de cruz dándole
alientos a su torero y aconsejándolo cuando el matador se lo pide.
Los Girón tuvieron en
Ángel Escobar “Bola de Nieve” achocolatado de piel, su
mas fiel admirador y consejero habiendo estado en Mérida en el año
69 Javier Cerrillo quien fuera banderillero y mozo de espadas de
Carlos Arruza en los años 50 presencia de este azteca que fungía
como apoderado de Manolo Arruza acompañando a Manolo Martínez
en una de sus tantas actuaciones en Mérida recordando a “chimo”
el mozo de espadas de Manolete.
Han sido muchos los mozos
de espadas con calidad que hemos tenido en Venezuela recordando a
Macaco quien acompaño a El Tovareño varios años, Ronmel Rafael
Rincón “El Mechas” el sargento Rojas que acompaño a Bernardo
Valencia desde novillero hasta llegar a la nueva generación entre
los que destacan Alonso Valero y su hijo Anderson a las ordenes de
Orellana.
Debe saber el mozo de
espadas manipular un vestido de torear pues imagínense Uds. amigos
lectores a un improvisado ante un traje de luces blanco y oro lleno
de sangre… Que haría…. también debe saber zurcir hacer ojales y
los mas fácil… pegar botones pero por sobre todo defender al torero
que es el que produce “el parné” para la subsistencia del
entorno por eso mas que abnegado y fiel… admirador.
Pedro Gil |
va por Uds.…!!Castoreño en
mano…¡¡
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