sábado, 26 de marzo de 2016

LA PICA… EL ARTE DE HERIR LOMOS Y SU IMPORTANCIA EN LA LIDIA




El toro bravo distinguido lector, es un semoviente de temperamento arisco y noble a la vez, descendiente del Box Taurus Ibericus o Uro de quien heredo su fenotipo, su tamaño y sus ímpetus, ubicándose su cría desde inmemoriales tiempos en tierras Hispanas para grandeza y admiración de este animal.

Idóneo para la lidia pues su cría casera es casi imposible, su hábitat son las sabanas potreros o pampas, sitios en los que este animal vive a sus anchas, muy pocas veces en manada pues su bravura así lo amerita.

España con su grandeza conquistadora y evangelizante vio en estos animales al protagonista de la fiesta brava, el alma y sentir del pueblo español, utilizándolo en festejos provincianos que poco a poco se fue convirtiendo en imagen y referencia de la Hispanidad.

Pero… el toro bravo, llamado también de lidia, en su torrente sanguíneo parece llevar cierta aceleración de vida, pues sus ímpetus son implacables ya que no podemos hablar de bravura cierta, pues son animales que no piensan.

Lo cierto es que estos semovientes astados cuando están en el reino de los pastizales son muy nobles cuando están en manadas… aah pero cuando están solos, arde Troya, pues su bravura que es una “virtud” hermosa, se puede calificar de belleza, pues el toro cuando es bravo… es una belleza.

Durante la lidia amigo lector el toro busca herir en cada embestida al capote y al no conseguirlo, brama muge y hierve de impotencia por lo que hay necesidad (haber uebo) (sic) de hacerlo sangrar para que alivie.

Ahí es donde esta el papel y la importancia que juega el picador al hacerle sangre en el lomo al animal, pues cuando la vara hiriente clava su puya y mana el rojo liquido de vida, allí queda demostrada la bravura y el si valió la pena criarlo aunque los ganaderos, no le enseñan bravura a sus pupilos.


Es bueno saber amigo taurino que el picador ejerce una función vital en la lidia, el no tiene culpa de nada para ser abucheado o golpeado con hielos venidos de manos de taurinos “chuflas” que no saben de este arte y arremeten contra su objetivo, pues cuando un piquero cumple su función sin ventajas, el aplauso es su mejor premio, no como aquellos que le tapan la salida al toro, pican delantero, se mecen (romanean) en la vara y hasta utilizan leonas (puyas mas grandes de lo normal) que si maltratan al toro con la anuencia de su matador.

Que bonito es ver a un hombre del castoreño colocando una buena vara, pues ha de saber el presente en barreras que el picador cita, templa, recibe y hiere, esos son los canones que exige esta suerte, orfebrería sobre una grupa que poco se ve en las plazas de nuestro país, eso si, sin traspasar las rayas de cal de los tercios, pues afea la fuerte y amerita multa.

En esta patria ancha larga solidaria generosa y dolida han habido grandes exponentes de este arte, entre ellos el pionero Salvador Rivero “Orinoco”, Rigoberto Bolívar “Pastoreño”, Vicente Aray “Camachito”, el Charro Gil , Enrique Key, José Benítez “Maraco” y otros tantos que han enaltecido a esta suerte nunca “cruenta“ pues se llama así, cuando se riega sangre humana.

No se sabe de la bravura del toro, hemos dicho que son una belleza sus ímpetus, sepamos que hay toros de casta mas mansos que una oveja y tienen el trapío exacto para llevarlo a una plaza muchas veces queda de adorno, otras de madrina para guiar las camadas.(cabestros)

En varios congresos veterinarios en España se ha hurgado a fondo el porque de esta condición tan especial selectiva y altiva de la bravura del toro ibero, siempre he dicho que es un misterio casi Merlinico y una suerte bendita, cuando a una ganadería llega la bravura y se posa en los gordos lomos de sus morantes astados, claro esta, sabemos que por la sangre viene el ligue como el caso de los Molineros de las porqueras y los desaparecidos cenizos de Jaji los cuales con su imponencia, se ganaron el aprecio respeto y cariño del publico.

Oír hablar a personas acerca de este tema es apasionante, pues aparte de que es difícil, es raro, recordemos que cuando un toro no va al caballo, se le castiga con banderillas de luto (negras) pues aparte de que es manso, puede ser cobarde que no, es lo mismo, el manso no embiste, ni amerita peligro y el cobarde busca huir, por eso salta las tablas.

Rigoberto Bolívar estando a las ordenes de Cesar Girón en Málaga España, coloco una vara monumental que le gano dar una vuelta al ruedo con el castoreño en la mano devolviendo prendas y recibiendo ovaciones, cosa parecida con un piquero Español de apellido Martínez quien a las ordenes de Tomas Campuzano, diera una vuelta al ruedo en nuestra feria del Sol.


Freddy Díaz y Ramón Uzcategui, merideños, quisieron incursionar en este campo habiendo actuado en varias plazas con relativa suerte, hoy desde la barrera, admiran este arte y apoyan a los exponentes.

Invito pues a la afición y a los lectores a poner en practica lo aquí expuesto para demostrarle a los taurinos que vienen allende las fronteras de nuestra patria chica, que la afición merideña tiene cultura taurina y civismo ciudadano, por eso somos la primera feria del país y la plaza de mas importancia en Venezuela…

va por Uds.…¡¡Castoreño en mano…!!

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